Ejercicio:

Los labradores se adaptan al ejercicio que les ofrezcas, aunque sus necesidades impliquen bastante movimiento, sobretodo por culpa de su gran amor a la comida. Paseos de dos horas diarias serán fantásticos y más si pueden jugar con el agua.

Comportamiento:

¿Tienen pinta de ser perfectos para familias no? Pues la verdad es que lo son. Se trata de una raza muy sociable y flexible, que se lleva bien tanto con otros animales como con niños, con los que tienen mucha paciencia. Además son muy fieles con su familia y les encanta sentirse parte de ella.

Salud:

Los labradores son un tanto propensos a displasia de cadera y displasia de codo, por ser perros de esqueleto grande. ​Se recomienda hacer revisiones de cadera antes de la cría. Acostumbran a tener problemas oculares como atrofias o cataratas.

Nutrición:

Los perros grandes tienen siempre más apetito que los pequeños pero a los labradores se les confunde con la gula. Con dos raciones diarias de una dieta equilibrada y rica en carne y verduras será suficiente, controlando las cantidades.

Origen:

Con sus ancestros en la Isla de Terranova (Canadá) viajaron hasta el Reino Unido junto con pescadores ingleses para ser descubiertos por la aristocracia inglesa quien se enamoró rápidamente de ellos. Tras varios cruces con otras razas de perros cazadores surgió lo que conocemos como el actual Labrador Retriever.